miércoles, 9 de abril de 2008

La imagen de la soledad absoluta...


¿Puedes recordar todos los momentos felices que has vivido durante los ultimos 6 años? los cumpleaños de tus hijos, sus cambios, navidades con tu familia, fiestas, momentos dolorosos y de union con tu familia. Todo esto no lo han podido ver ni vivir las personas que han sido secuestradas. Estan vivas, si. pero en realidad estan muertas. Sin vida, sin ver a sus hijos, a su familia, siempre con la incertidumbre de ver el dia de mañana, viviendo una muerte cada dia, al esperar la verdadera. Y esta fotografia, tomada desde su cautiverio a Ingrid Betancourt, una activista y politica secuestrada por la guerrilla colombiana, es una muestra grafica de la soledad y la tristeza en que vive... o mejor dicho muere.
Ingrid Betancourt es hija de un ex ministro de educación y de una ex senadora, en Colombia, ella vivió casi toda su infancia en el extranjero, sobre todo en Francia, donde también cursó estudios de Ciencias Políticas. Cuando llevaba una vida tranquila de madre de familia, decide dejarlo todo para volver a su país y tomar otro rumbo: su madre vio morir ante sus ojos a Luis Carlos Galán, candidato a la presidencia en 1989, quien encarnaba la esperanza de un cambio radical por su apoyo al tratado de extradición de los narcotraficantes a los Estados Unidos.
Ingrid no aguanta más, quiere luchar por su pueblo. Participa en la elección de su madre al Senado, luego pasa a trabajar al Ministerio de Finanzas. Después de algunos años, frustrada por los pocos resultados obtenidos, decide lanzarse en política con su amiga Clara Rojas. Es elegida diputada. Desde ahí, sigue denunciando una y otra vez la corrupción de los políticos y particularmente la de Ernesto Samper, a quien, sin embargo, había tibiamente apoyado durante la campaña presidencial de 1994. En varias ocasiones, es amenazada de muerte, y escapa con vida de un atentado. Se ve obligada a sacar a sus hijos del país. Los periódicos le siguen haciendo la vida difícil, y sus colegas profieren contra ella las acusaciones más odiosas, acusaciones que son retomadas por periodistas de pocos escrúpulos. Varias veces, se ve obligada a defender su honor públicamente y cada vez sale rehabilitada. En 1998, funda su propio partido, Oxígeno, y se presenta al Senado. Ella es la candidata que, en contra de todos los pronósticos, logra reunir más votos a nivel nacional.
Ingrid termina por convencerse de que la única manera de cambiar el sistema es que la elijan a la presidencia en mayo de 2002. Deja su puesto de senadora a finales de 2001, no sin antes lanzar un llamativo "¡Cuando seré Presidente, los echaré a todos! al abandonar el recinto.

Ingrid y su compañera Clara fueron secuestradas cuando iban rumbo a San Vicente del Caguán. San Vicente es una municipalidad que en ese entonces formaba parte de la zona controlada por la FARC en el marco de las negociaciones de paz. Su alcalde pertenece al Partido Verde Oxígeno, el partido fundado por Ingrid.
Durante la victoria electoral de la alcaldía en el mes de octubre de 2001, Ingrid había prometido a la población de
San Vicente que regresaría a visitarla. Es lo que intentaba hacer 23 de febrero de 2002.
El contexto no era muy favorable. De hecho, el gobierno había roto las negociaciones de paz el día 20, y el mismo día del secuestro el ejército lanzaba una ofensiva militar para retomar el Caguán a la FARC. Ese sábado 23, Ingrid se topó con el Presidente Pastrana en el aeropuerto de Florencia: éste también iba rumbo a San Vicente. Ella le pidió, por el intermedio de uno de sus generales, la autorización de subirse a uno de los cuatro helicópteros en los cuales estaban unos periodistas. Ante su negativa, ella decidió irse en auto hasta San Vicente con el resultado que ya sabemos.
He aquí la razón por la cual Ingrid insistía tanto en llegar a San Vicente (palabras pronunciadas el 22 de febrero) :
"Voy a San Vicente del Caguán a exigir garantías para la población civil de la zona y a decirles a los sanvicentunos que estoy cumpliendo con mi compromiso de palabra de estar con ellos en las buenas y en las malas, como se los expresé en octubre pasado cuando Néstor León Ramírez, del Partido Verde Oxigeno, fue elegido alcalde de ese municipio. San Vicente y todos los municipios que componían la zona de distensión se la jugaron por la paz aceptando que su territorio se convirtiera en zona de distensión, ahora los colombianos nos la tenemos que jugar por ellos para que no sean tierra de barbarie y terrorismo."

Hace poco tiempo, por fin hubo una esperanza, a pesar de los pronosticos acerca de su muerte, de la supervivencia de Ingrid. Un diario importante en colombia publicò una carta que Ingrid escribio a su madre. Parte de la desgarradora carta de Ingrid Betancourt a su madre, es un ejemplo de valentía y de dignidad, que debe concientizar al mundo sobre la urgencia de su liberación inmediata).

“Estoy cansada de sufrir”…

“…sueño con abrazarte tan fuerte que quede incrustada en ti. Sueño con decirte mamita,
nunca más ni en esta vida ni en la otra, volverás a llorar por mí. Porque le he pedido mucho a Dios que me permita demostrarte todo lo que significas para mí. Y cuidarte, y no dejarte un instante sola. En mis planes de vida, si llega algún día la Libertad, quiero mamita que pienses en vivir con nosotros, o conmigo, no más mensajes, no más teléfonos, no más distancia,
no quiero que exista ni un metro de distancia entre tú y yo. De esa ilusión de las dos,
me nutro a diario, ya veremos cómo Dios abre caminos y nos organizamos,
pero lo primero que quería decirte es que sin ti, no hubiera aguantado hasta hoy. Estoy mamita cansada, cansada de sufrir, he sido o tratado de ser fuerte.
Estos casi seis años de cautiverio me han demostrado que no soy ni tan resistente,
ni tan valiente ni tan inteligente ni tan fuerte como yo creía.
Mamita, este es un momento muy duro para mí. Piden pruebas de supervivencia a quemarropa y aquí estoy escribiéndote mi alma tendida sobre este papel. Estoy mal físicamente.
No he vuelto a comer. El apetito se me bloqueó. El pelo se me cae en grandes cantidades.
No tengo ganas de nada. Y creo que esto último es lo único que está bien: no tener ganas de nada.
Porque aquí en la selva la única respuesta a todo es "NO".
Es mejor entonces no querer nada para quedar libre al menos de deseos.
Es importante que le dedique estas líneas a aquellos seres que son mi luz, mi oxígeno, mi vida.
A quienes me mantienen con la cabeza afuera del agua y no me dejan ahogarme en el olvido,
la nada y la desesperanza. Ellos son mis hijos…
Bueno, no quisiera despedirme. Dios quiera que llegue esto. Te llevo en el alma mi mamita linda.
Por siempre y para siempre. Tu hija”.

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