miércoles, 6 de mayo de 2009

MARYAN



MARYAN

Fue niña incomprendida y maltratada.
De adolescente, controlada en exceso,

Sus padres, quizás sin darse cuenta,
en el entendido que lo están haciendo
bien, y era lo que le convenía,
Sentían temor por el daño que
podía ocasionarle, lo que no conocía aún.

Están convencidos, que el trato fuerte,
el rostro áspero, y sin mucho contacto
de caricias y cariños, los proyecta ante nosotros,
los hijos, con personalidad perfecta que nos dará
el camino y la educación que requerimos.

El control constante, prohibición,
la asfixiaban, solitaria y triste, y
sin poder disfrutar de las compañias y juegos de su edad,
no era feliz.

Cuando fue creciendo, la acompañó el sabor
de la incertidumbre, porque no tenía con quien expresarse,
en quien confiar, lo que deseaba experimentar,
a los ojos de los adultos mayores, era malo.

El no tener experiencia, a esa edad, adolescente,
te da una sensación enorme de soledad, no identificas
el camino, no sabes a donde vas, y si llegarás.

Y tan sólo, lo que necesitas, sin mucha complejidad,
es un poco de atención, contacto, cariño, comprensión,
o sin palabras, quizás; una mirada expresando lo que
no saben decir las palabras, y un abrazo.



PD:

  • lo que no se conoce, probablemente haya que conocerlo para aprender.
  • Lo que nos hace fuerte no son las ásperesas, ni el trato fuerte, si no vivir lo bueno, y lo no muy bueno también, es decir, las adversidades, y superarlas.
  • La mediana madurez, autoestima, seguridad, consiste en vivir nuestras propias experiencias, oir los consejos de lo ocurrido a semejantes nos enseña, pero el fuerte, lo tendremos, con nuestras propias vivencias, porque cada caso, cada persona, y las circunstancias son totalmente diferentes en cada tiempo y espacio.
  • La indiferencia y el maltrato, no crecen a ninguna persona, ni enseñan, todo lo contrario, crean odios, disminuyen, mata el amor, y lo más radical: consolidan traumas profundos para toda la vida en el Yo interno del Individuo, que para emerger de él, tienes que ser un Campeón de la vida, Yo conozco un Campeón.
Y Tú?


*Delfin 6*

1 comentario:

Andrés Borbón dijo...

Me ha encantado la entrada y creo que tienes razón en muchas de las cosas que dices en tu prosa en verso. El excesivo control es una forma de maltrato que muchas veces no se reconoce a tiempo. También la protección excesiva, el mimo sin freno y la permisividad son tipos de maltrato infantil.

Creo que debería haber (en todas partes) escuelas para padres.

Saludos!!

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