Extraño

Extraño tanto el rio.

Extraño el recuerdo eterno del rio, en su cauce antes vacio, que a mis ojos seguia rebosante de cristalina agua de rumor melodioso. Mi familia, mi niñez, mi madre viven en el rio, en su rivera plagada de carrizos y flores silvestrEs, en el fondo lejano del azul cerro perfilandose por la tarde, el sol naciendo atraves de las ramas de los nogales, las nubes coronando la cima , el viento dulce, con aroma a humedad, el canto de los grillos y las ranas por la noche.

Extraño estar frente a mi rio. Lo extraño tanto.

Me mude no solo de casa sino de algo mas intimo y calido, me mude de mi hogar, de mis recuerdos, del espiritu de mi abuelo sentado en la banca fuera de la casa, del recuerdo de la vid y la Higuera, del durazo y de los patos bamboleandose por el patio, del recuerdo de aquella niña palida y seria que corria y se sumergia en la corriente cristalina de el rio eterno del recuerdo.

Deje atras el aroma del cafe de mi abuela por la madrugada y del chocolate caliente en los dias lluviosos, de la risa cascada de mi abuelo, y los gritos de auxilio de mi abuela cuando algo no le salia bien. De los ojos tristes y acuosos de mi abuelita en sus ultimos dias en casa, cuando dejaba la vida para internarse en el universo de lo eterno, en mi memoria y en mi corazon.

Extraño tanto, todo.

Extraño donde bastaba cerrar los ojos para que los aromas, siempre los mismos en el mismo lugar, te llevaran a ese instante, a esa persona, a ese sentimiento.

Extraño las noches de mi adolescencia, sentada bajo el cielo y la luna, pensando y esperando verte pasar, en el lugar donde siempre te dije que estaria.

Extraño el rio, que me da la certeza de la permanencia del amor, de la vida perenne y continua aun en otras formas, el rio que me acompaño en mis tristezas, alegrias y desventuras.

Mi alma es el rio, y su recuerdo fluye en mi, en el agua llena de el recuerdo de las almas de los que ya no estan pero que aun viven en su corriente eterna....